miércoles, 6 de enero de 2010

Aún estamos a tiempo

Quizás es porque aún soy demasiado joven para conocer muchos aspectos que mueven los hilos de la vida. Quizás es por mi inexperiencia, la cual se irá difuminando con el paso de los años, pero aunque exista gente que piense que los jóvenes no tenemos voz ni pensamos por nosotros mismos, se equivocan.

Hoy día estoy viendo como las diferentes generaciones que están pasando por mis ojos se van degenerando cada vez más y no hay quien lo solucione. Yo tengo a unos claros culpables…se llaman EDUCACION Y FAMILIA. En cuanto a la primera se está viendo que nuestro sistema no está otorgando los resultados óptimos para la sociedad actual. El gobierno socialista está mas atento de una asignatura llamada Educación para la Ciudadanía que de las políticas educativas en general. No se da cuenta de que lo que realmente hace falta es un sistema de calidad en la enseñanza, en la que un niño que no sepa realizar una suma, no supere el curso y si sigue sin superarlo…para algo se creó la Formación Profesional. Lo que no se puede permitir una sociedad es que una gran mayoría de los que comenzaron la Educación Obligatoria estén en la Universidad, porque ese hecho provoca que ésta última se devalúe lentamente, acabando al final como un lugar donde te dan un título que no tiene ningún valor. Hay que dar la oportunidad a todo el mundo, pero con límites…económicamente se debería de sufragar todos los gastos, pero eso sí, sólo estarán en esta etapa los que realmente estén preparados.

El otro problema, tal y como he nombrado anteriormente es la familia. Estamos otorgando infinidad de derechos a los menores, pero muy muy pocos deberes. Los padres están dando libertades a los hijos que a veces sobrepasan los límites de la cordura. En la sociedad actual, es necesario que los dos cabezas de familia trabajen, debido al aumento de nivel de vida a la que nos hemos acostumbrado. Pero esto no tiene que exonerar a la familia de sus obligaciones; recordemos que la familia es la que debe de educar a los niños y no los maestros, que somos los que debemos de complementar esa educación. Si la educación como sistema ya falla de por sí, no carguemos a los docentes con unas tareas que no son de su competencia. Al final los padres se acordarán de la educación que no les dieron a sus hijos…

Aún estamos tiempo de cambiar el destino de la sociedad, aún estamos a tiempo de cambiar nuestro futuro.

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